Decisiones con datos geoespaciales: aprovechamiento colaborativo de los recursos tecnológicos para una gestión territorial inteligente
Resumen
Los datos geoespaciales son fundamentales para tomar decisiones informadas al gestionar nuestro territorio. La clave es poder usar estos datos en el momento adecuado y que estén al alcance de quienes podrían generar un mayor impacto. Cuando la información llega a tiempo, no solo permite reaccionar ante lo que está sucediendo ahora, sino también anticiparse a futuros retos y oportunidades.
El objetivo es lograr que las instituciones y territorios trabajen juntos de manera colaborativa. Una forma de lograr esto es mediante la articulación de plataformas tecnológicas que permitan integrar y compartir datos de manera efectiva. Por ejemplo, contar con imágenes satelitales con extensa cobertura y alta frecuencia de revisita es fundamental, ya que permite monitorear los cambios del territorio de forma continua y entender su evolución en tiempo real.
Cuando diversas instituciones, equipos y personas clave tienen acceso al mismo recurso, y lo analizan desde diferentes perspectivas, se optimiza el valor que obtienen de la información, surgen nuevas oportunidades, preguntas e iniciativas. Cada necesidad se aborda desde diferentes temáticas, contextos y especialidades. Esto permite tomar mejores decisiones para la gestión del territorio y hace que los beneficios se multipliquen y la planificación territorial se fortalezca.
Palabras clave:
Datos geoespaciales, Cobertura y frecuencia, Colaboración, Plataformas Tecnológicas.Introducción
Colombia es un país diverso, complejo y dinámico. La información geoespacial es necesaria para tomar decisiones inteligentes que realmente generen impacto en nuestro territorio. Insumos como imágenes satelitales recientes y confiables se convierten en recursos muy valiosos. Pero ¿cómo saber si este recurso se está utilizando de la manera más eficiente? Este artículo busca discutir esa pregunta.
No se trata solo de tener acceso a los datos, que es un requisito en el que se ha venido avanzando en la dirección correcta. El reto es cómo usar la tecnología para impulsar la colaboración entre instituciones y territorios de manera efectiva, con el fin de generar un verdadero impacto. Eso es lo que realmente puede marcar la diferencia.
Al final del día, los datos geoespaciales son una herramienta, y el valor que obtenemos de ellos depende de cómo los usamos, de cómo colaboramos para aprovecharlos al máximo, aplicándolos en diferentes temáticas, interpretándose según diversas necesidades y usándolos para tomar decisiones informadas.
Soluciones tecnológicas y plataformas colaborativas para transformar la gestión territorial
Hoy en día, contamos con una amplia variedad de herramientas tecnológicas a nuestra disposición. Podemos acceder a imágenes satelitales, utilizar Sistemas de Información Geográfica (SIG) para gestionar y analizar información, trabajar en plataformas en la nube para realizar análisis geográficos avanzados, y aplicar modelos de aprendizaje automático e inteligencia artificial, entre muchas otras opciones.
Si hablamos de imágenes satelitales, la alta frecuencia de revisita nos permite monitorear el territorio y sus cambios a lo largo del tiempo. Las utilizamos para reaccionar de forma oportuna ante esos cambios y para entender el estado y la evolución del territorio, por lo que juegan un papel clave en diversos casos de uso. Por ejemplo, son fundamentales en la planificación urbana, la respuesta a emergencias, el monitoreo de cambios en el uso del suelo y el seguimiento de cultivos, por nombrar algunos.
Los datos geoespaciales han alcanzado un valor importante en la actualidad. Pero lo cierto es que podrían tener un impacto mucho mayor si se vuelven accesibles y se adaptan a las necesidades concretas. Cuando la información se usa de manera conjunta y es analizada desde diferentes temáticas se enriquecen los análisis y resultados. Disponer esto a los equipos de trabajo indicados en el momento justo, marca una gran diferencia a la hora de tomar decisiones basadas en información y al diseñar planes de acción sólidos que se ajusten a las necesidades reales de territorio.
Cuando la información llega tarde o no está disponible, se pierde una oportunidad valiosa de actuar a tiempo. Garantizar que los datos estén disponibles cuando y donde se necesiten es uno de los principales retos cuando tenemos tantos equipos de trabajo y tan variadas necesidades. Sumado a esto, trabajamos sobre el mismo territorio, que es extenso y complejo. Es fundamental que datos geoespaciales con cobertura en todo el país y una frecuencia suficiente puedan integrarse, compartirse y utilizarse de forma fácil entre plataformas, instituciones y sistemas, para que los cambios no solo sean visibles, sino también accesibles y accionables.
Algo que hemos aprendido a través de nuestra experiencia es que cuando los datos están disponibles en el momento adecuado, pueden hacer mucho más que solo resolver problemas actuales. En realidad, facilitan el planteamiento de nuevas preguntas, el desarrollo de iniciativas innovadoras y, lo que es especialmente importante, fomentan nuevas formas de colaboración entre personas y equipos.
Una iniciativa interesante es la plataforma Observatorio de la Tierra y el Territorio (OTT), liderada por el Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC). Esta nos muestra cómo la información precisa y confiable puede hacer una gran diferencia en la gestión del territorio. La plataforma no solo proporciona acceso a datos geoespaciales, sino que también evoluciona para adaptarse a lo que las instituciones necesitan en particular. Por ejemplo, gracias al OTT, las instituciones pueden visualizar imágenes satelitales y sacar provecho de sus características para obtener información útil.
Con el OTT, los usuarios pueden acceder a esas imágenes y tener a su disposición herramientas que permiten utilizar la frecuencia con que se toman, su resolución espacial y su espectralidad. Pueden hacer visualizaciones específicas, calcular índices espectrales y analizar series de tiempo, ajustando todo a las necesidades de cada institución. La plataforma está en constante crecimiento, incorporando nuevas herramientas que mejoran mucho el análisis y facilitan la toma de decisiones.
Su impacto no solo se debe a las funciones que ofrece, sino también al conocimiento técnico de los equipos que trabajan con ella. Ellos interpretan los datos de manera que se adapten a sus necesidades específicas. Así que, una buena solución tecnológica debe ser capaz de compartir datos de forma efectiva, adaptarse a diferentes situaciones y ser útil para muchas personas. Esa es la esencia de una solución articulada: datos interoperables, adaptables y útiles para muchos.
Lo más interesante de este tipo de plataformas es que, aunque las instituciones tienen misiones y responsabilidades muy distintas, todas pueden trabajar a partir del mismo insumo base, como una imagen satelital, herramientas de machine learning o procesamientos espaciales especializados, y llegar a conclusiones diferentes que aportan a la gestión del territorio. Dependiendo de sus objetivos, algunas instituciones generan estadísticas sobre cambios en la cobertura, mientras que otras calculan índices espectrales o elaboran reportes orientados a la gestión del riesgo o la planificación agrícola.
Conclusiones
La articulación de plataformas es donde evidenciamos con más claridad el valor de la interoperabilidad: cuando un mismo dato puede ser reutilizado de forma eficiente por diferentes equipos, optimizamos los recursos, amplificamos su valor y fortalecemos la colaboración y los procesos institucionales. La buena gestión del dato no está solo en producirlo, sino en asegurarse de que pueda compartirse y usarse correctamente.
Porque al final, lo que transforma el territorio no es solo tener la información, sino lo que decidimos hacer con ella.
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